La única meta real que tenemos es la muerte,
de nosotros depende cómo queremos andar ese camino al éxito.

La escritura de este blog representa un gran reto puesto que me obliga a poner en orden tanto el pensamiento como las ideas que he ido asimilando sobre los temas que me apasionan. Estos, cabe decir, han ido modificándose a lo largo de mi vida y desarrollo profesional, me refiero al aprendizaje humano, la música y sobre todo el canto, centro de mi actividad y de una naturaleza tan compleja que ha requerido de la búsqueda de respuestas a interrogantes que han surgido, primero, como estudiante y alumna y que en la propia búsqueda de esas respuesta, me han traído hasta aquí: a la docencia de ahora, que no es sino otra manera de compartir el camino andado. No me queda duda que estas interrogantes se han respondido, sin embargo, seguirán surgiendo con el tiempo nuevas; este es un sendero que nunca termina.

Mi intención al escribir en este espacio es crear un canal de intercambio y comunicación no sólo con aquellas personas que gustan de la música y la lectura, sino también con los curiosos que andan en las orillas. Así pues, escribo para compartir, para preguntar, para indagar y para mostrar aquello que me ha traído a la educación de la voz, el oído y el cuerpo. Porque estoy convencida y me parece necesario plasmarlo: el conocimiento más rico y fértil es aquel que se produce cuando está interconectado con diversas disciplinas. La música misma es eso: un atlas diverso e interconectado de caprichos y azares. Además, pienso que la música es uno de los tantos elementos que necesita la humanidad para enriquecerse como civilización y estoy convencida de lo necesarios que son esos estímulos para despertar y agudizar la percepción tanto de sí mismos como de su entorno. La música no es el único medio para conseguir esos objetivos, pero tiene una ventaja sobre otras disciplinas y es que estimula muchos más sentidos a un solo tiempo, sobre todo al momento de ejecutarla. Esto no quiere decir que esta práctica sea la única forma de conseguir potenciar los sentidos, porque reitero, el ser humano es un universo que necesita de la integralidad, por lo tanto, trataré de tocar distintas perspectivas, que permitan abrir la puerta de la reflexión.

Por otra parte, quiero agradecer a mi amiga Neyla Sánchez por tomarse el tiempo de leerme y siempre aportar su visión como antropóloga social; además de abonar mi semillero de ideas y motivarme para seguir escribiendo. También quiero agradecer a mi amigo Vladimir Balderas, por ayudarme a mejorar en esta travesía tan intrincada como bella que es la escritura y a mi estimado colega y amigo Adalberto Guerrero por confiar en mí, por formar un buen equipo de trabajo conmigo y animarme a continuar este proyecto llamado Estudio 8, muy a pesar de los tiempos tan complicados que han sido para todos en el último año.

Ciudad de México, abril 2021.