La consciencia interna a través del canto

Compartir

Podría decir en términos generales, 

que un pie está más en el aire 

y que el otro me tiene más apegada a la tierra.

Susana Kesselman 

Algunas personas creen  estar desprendidas de su cuerpo, un cuerpo que se asemeja más a una masa rígida o a un contenedor sin otro  objetivo que  transportar a la razón, sin embargo es imposible separar mente y cuerpo . Con frecuencia la existencia del cuerpo es más evidente cuando hay dolor, y sólo así se despierta la alerta para descifrar cuál es el origen de ese malestar, como le ocurrió a Constantin Stanislavski, quien narra en su libro (Un actor se prepara 1988), que después de una crisis de estrés presionó tanto un objeto con la mano que logró romperlo, lo que le provocó   una lesión en una de las arterias que lo desangró hasta el desmayo. Fue a raíz de este evento que decidió enfocarse en trabajar su consciencia corporal.

Otro caso relacionado con el dolor es el de Frederick Matthias Alexander un reconocido actor australiano, quien padecía laringitis crónica, según el diagnóstico de su médico quien no logró encontrar el origen del problema. Sin embargo, tras un exhaustivo trabajo de auto observación, Alexander pudo percibir que todo era provocado por la tensión desequilibrada de su cuerpo como los extraños movimientos que hacía con el cuello cada vez que recitaba. Fue a partir del estudio  y de una observación minuciosa que consiguió percatarse que la pérdida de la voz sucedía únicamente durante las funciones frente al público y no mientras hablaba de manera cotidiana pues ahí no tenía molestia alguna. Estos descubrimientos trajeron como resultado el nacimiento de una técnica de consciencia corporal que hoy día se conoce como Técnica Alexander y con la que pudo solucionar el problema de su voz.

El siglo XX al parecer fue un semillero de conciencias en lo que respecta al tema de la conciencia corporal. Así como Alexander y Stanislavski, hubo otras personas en otras partes del mundo, que coincidieron en lo valioso e importante que es desarrollar la conciencia corporal y difundir sus ideales sobre esta; como Gerda Alexander en Dinamarca con su sistema Eutonía o Moshe Feldenkrais quien desarrolló un sistema de educación somática que hoy día lleva su nombre,  Método Feldenkrais. Cada uno de estos autores que escribieron e investigaron acerca de la consciencia corporal, tienen su propia perspectiva de cómo aprender a percibir el cuerpo y sus movimientos, sin embargo hay muchos puntos donde sus técnicas convergen para conseguir el mismo fin.

Stanislavki pensaba que al recrear movimientos, pero asumirlos y sentirlos tal cual, por ejemplo, como si se estuviera cargando un objeto pequeño, o un gran piano, como si pasara una mosca mientras se encuentra recostado y repentinamente la tomara con los dedos, sentir con precisión el o los grupos musculares que están trabajando y cuáles quedan en reposo podría ayudar a mejorar la consciencia corporal. Es posible que las imágenes creadas por Stanislavski puedan ser muy útiles, sin embargo, las imágenes  son resultado de la experiencia corporal de cada persona, el cuerpo humano es el producto de una historia que se transforma en tiempo real y que se traducen en imágenes personalizadas, cada cuerpo es un universo de sensaciones.

F. M. Alexander, en su libro (El uso de sí mismo 1932, Forn,D.C 2017) explica que la reeducación del cuerpo es importante, pues el cuerpo va adoptando posiciones poco funcionales pero que se van modificando conforme a su propia historia y que por lo tanto regresar a los orígenes y permitir sentir en el cuerpo cada uno de esos movimientos y posiciones que se tenían naturalmente desde la infancia como  gatear, pueden ayudar en su desarrollo y evolución.

El desarrollo de esta consciencia, esa retroalimentación del cuerpo y la mente, es un proceso lento y de absoluta paciencia, que podría representar todo un reto para las personas que están demasiado habituadas a sus posturas y movimientos poco benéficos, lo que ocasiona  tensiones innecesarias que con el tiempo el cuerpo las asume como “naturales”. Desprenderse de esos hábitos es tan laborioso como quitar una etiqueta con un adhesivo de buena calidad: toma  toma tiempo y mucha paciencia retirar. Pero el cuerpo, aún a pesar de esto, es moldeable y corregible.

Las técnicas de consciencia corporal son fundamentales para cantar, pero el canto puede ser el medio para despertar y asumir la existencia del cuerpo. Aprender a cantar requiere de un ejercicio lento y constante de auto observación de la vida cotidiana, sobre todo en la respiración, materia prima del canto. Todo ejercicio de vocalización puede hacerse tanto concienzudamente para percibir qué sucede durante la acción de cantar, como para inducir y sensibilizar al cuerpo a percibir poco a poco la acción coordinada que involucra a muchas partes del cuerpo para tan solo cantar una nota larga.

Si bien es importante reiterar que construir  un hábito de auto observación es un trabajo diario y constante, es de igual importancia dedicarle un tiempo específico a sentir y descifrar lo que sucede  en la respiración, aunque se debe tener cuidado de no caer en la obsesión y conseguir el efecto contrario: un trastorno compulsivo. En palabras de Susana Kesselman, (El pensamiento corporal, 1989): “la vida cotidiana nos provee de sensaciones que nuestro cuerpo no siempre tiene la posibilidad de registrar y que, si registra, no siempre tiene la posibilidad de llevarlo hacia una conducta efectiva”. Sin embargo, una vez concientizada, asimilada y reaprendida la corrección, el cuerpo se adapta y cambia.

¿Cuántas posibilidades tiene el aire dentro del cuerpo? ¿Qué partes del cuerpo se movilizan durante la respiración? ¿Qué cantidad de aire entra a los pulmones con cada respiración? ¿Las sensaciones son las mismas cuando se respira por la nariz que por la boca? Estas son algunas de las preguntas que podrían ayudar a la mente a descifrar ese cúmulo de sensaciones que suceden en el cuerpo y que son de una aparente obviedad, pero que no se cuestionan y mucho menos uno se detiene  a sentir la respuesta. Para efectos del canto, estas preguntas son fundamentales, pues al cantar se distribuyen un arsenal de pensamientos y emociones reducidos a sensaciones corporales se que pueden identificar y dirigir hacia la manera más cómoda y eficiente de su funcionamiento. Todo depende de cómo se vea, se piense y se sienta el cuerpo, pues la voz es un elemento más de esa conjunción, que con la búsqueda de su funcionamiento correcto y coordinado para cantar puede ser el vehículo adecuado para llegar a sentir de uno mismo más allá de lo imaginable.

× Agenda tu clase